25 de febrero de 2008

Localizada la partitura de la marcha "Jesús". 1921 (III)

Artículo aparecido en el diario "El Noticiero Sevillano", el 5 de marzo de 1921, y que era la única fuente de referencia hasta la fecha sobre la exitencia de la marcha Jesu-Christus de Moisés García Espinosa.

MÚSICA COFRADIERA


[…]La Semana Santa conserva aún su tradicional musicalidad, su famosa resonancia. Tanto que por el solo prestigio de lo consagrado, por la fuerza de la costumbre, resuena todavía cierta música; la seguimos oyendo como algo ritual, litúrgico, religiosamente; y hemos llegado a figurárnosla como algo que se acuerda y concuerda, consuena y es consustancial con la religiosidad musical de Sevilla en la Semana Santa. […]
Este paso procesional de las cofradías ha de tener su música. La música cofradiera no es toda la música de la Semana Santa de Sevilla; pero en esta armonía su melodía suena como motivo guía, como el tema inspirador, como el ritmo típico.
La música cofradiera va del rumor callejero de la multitud al toque de cornetas y redoble de tambores, del paso acompasado de los penitentes a la marcha de las bandas y chirimías, de la saeta a la música celeste… de las notas argentinas de la luna de Paresceve…
Algo de todo eso recogió Joaquín Turina en la “Noche del Jueves a Viernes Santo” de su suite “Sevilla”… […]
La música cofradiera, como todo lo de la Semana Santa sevillana, está en perenne renovación, es tradición viva; es de hace años, siglos, y de este año, y del que viene […]
Este año oiremos una nueva marcha cofradiera. Es este uno de los tributos que deben rendir a nuestra Semana Santa los músicos que vienen a Sevilla y con ella se compenetran.
Así a las clásicas marchas fúnebres de Thalberg y de Petrella, de Chopín y de Wagner, se han unido las de Mariani, Gómez Zarzuela, Turina, Font de Anta…
Ahora hay que añadir la que el músico mayor del regimiento de Granada, don Moisés García Espinosa ha compuesto para la Cofradía de Nuestro Padre Jesús ante Anás, con el título “Jesu-Christus”.
Hemos tenido el gusto de escucharla, merced a una fineza de su autor y de la banda que tan acertadamente dirige. Y esa ha sido la primera emoción cofradiera que hemos sentido.
Es una obra llena de inspiración y de técnica sabia. Aquella sobre todo se revela en el diseño melódico de la primera parte; y la maestría técnica en la armonización de la segunda parte y en la instrumentación de toda ella.
Es de una conmovedora evocación del Via Crucis. En la primera parte, la marcha de la procesión poco a poco va sugiriendo el paso de Jesús por la calle de la Amargura. De pronto estalla el dolor; y entonces no sabemos si éste es el de las mujeres de Sevilla o el de las mujeres de Jerusalén. Luego, ante la presencia de Jesús el dolor humano enmudece. Y la marcha concluye acompasadamente para rimar con el paso divino de Jesús al Calvario".

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